Descripción:
Todos los Sacerdotes de la antigüedad conocían anatomía. Aceptaban que todas las funciones de la Naturaleza eran reproducidas en pequeño en el cuerpo humano. Por lo tanto, consideraban al hombre como un libro y enseñaban a sus discípulos que entender al hombre era comprender el universo, Aquellos sabios creían que cada estrella en el cielo, cada elemento en la tierra y cada función en la Naturaleza, estaba representado en el cuerpo humano por su correspondiente centro, polo o actividad.
Esta correlación entre la Naturaleza y la naturaleza interna del hombre, que estaba oculta para las masas, constituía las enseñanzas secretas del antiguo sacerdocio,